Guerras de Negocios

Es 1936 en un pequeño pueblo de Corea y un joven atractivo, heredero de una familia adinerada, se da cuenta de que tiene que reformar su vida comenzando un pequeño negocio de importación y exportación. Para la década de 1980, acelera la creación de la primera fábrica de chips de computadora en Corea del Sur, y convierte a cientos de ingenieros en “Hombres Samsung” ferozmente leales y diligentes. Pero a medida que Apple aciende al estrellato, Samsung recurre a diseñadores estadounidenses de California para enseñar a sus empleados innovación y creatividad desenfrenada. El resultado es un reloj teléfono futurista de 1999, precursor del primer reloj inteligente Galaxy Gear de Samsung.

Es 2012 y el legendario diseñador en jefe de Apple, Jony Ive, decide que el primer lanzamiento de producto de la compañía después de la muerte de Steve Jobs debería ser un reloj inteligente. Sin embargo, lucha por obtener el apoyo del CEO Tim Cook y la alta dirección. Mientras tanto, Samsung se apresura a adelantársele a Apple en el mercado. Luego, Samsung eleva la apuesta con una exitosa campaña publicitaria satírica dirigida a la pretensión de Apple, pero finalmente lanza un reloj inteligente defectuoso que no logra conquistar a los consumidores. Después de que Apple finalmente aprueba el proyecto del reloj inteligente, Jony Ive y los ingenieros de Apple se enfrentan a una serie de desafíos.

Es 2016, y después de una importante crisis de relaciones públicas, Samsung lanza su nuevo reloj inteligente redondo con un hermoso bisel giratorio, mientras que un escándalo de trampa en las Grandes Ligas de Béisbol coloca al Apple Watch en el centro de atención de los consumidores. Las funciones de salud mejoradas en el Series 4 impulsan las ventas del Apple Watch a niveles récord. Mientras tanto, Samsung enfrenta una demanda y luego lanza una campaña publicitaria insensible que es ferozmente criticada por mujeres de todo el mundo. A medida que ambos competidores agregan más funcionalidades de salud a sus dispositivos, se ven acosados por controversias sobre patentes, la privacidad de los consumidores y la incapacidad de cumplir con sus promesas de precisión médica.