Super senses

En las batallas en la naturaleza algunos animales están mejor equipados para la lucha que otros. La supervivencia exige una ventaja, una habilidad o un talento especial. Estos talentos extraordinarios otorgados por la naturaleza configuran los cuerpos de élite del reino animal.

Para algunas especies el agua es el terreno de pruebas evolutivas definitivo que les empuja a traspasar los límites normales para adaptarse a su hábitat. Usan sofisticados sistemas de navegación, reflejos afinados y métodos de detección de alta precisión que van mucho más allá de los cinco sentidos.

En la naturaleza el éxito y la supervivencia exigen vigilancia y contar con el equipo adecuado. Algunos animales dominan la noche con una vista extraordinaria, otros siguen su olfato. Otros dependen de la velocidad, el sigilo y unos rápidos reflejos.

Para sobrevivir en la naturaleza los animales han perfeccionado las herramientas adecuadas. Tanto si es la visión, la velocidad, el sentido del tacto o el olfato, un equipamiento excepcional proporciona más de una posibilidad de éxito y mejora las posibilidades de supervivencia. Mientras algunos afinan su equipo para captar señales distantes, como el camaleón con su aguda visión, el serval con unas orejas rotatorias como antenas de radar o el cachalote con su radar sónico, otros, como los las vacas marinas, los pulpos o las arañas, recogen información de su proximidad inmediata mediante el tacto.

Se podría pensar que los cinco sentidos son suficientes. Pero la naturaleza demuestra una y otra vez que no lo son. Las golondrinas ven los campos magnéticos. Las rayas perciben pequeñas cargas eléctricas y, en algunos animales, los cinco sentidos básicos llegan a su límite. Estos animales son los especialistas, que dominan su propio lugar en el mundo.

Desde los buitres codiciosos hasta los magníficos colibríes, nacer para volar requiere algo más que estar en el aire. Estos fenomenales voladores necesitan un equipo avanzado para cumplir sus misiones diarias. La fuerza aérea de la mariposa monarca se basa en la detección magnética, y el sistema visual ultrarrápido de la libélula funciona más rápido que un parpadeo. Estas y otras fuerzas especiales dominan su espacio aéreo, tanto si están de patrulla como si están de caza o simplemente van de un lugar a otro.