Mimicidios

Sydney Loofe era una chica de 24 años en una Nebraska con poco ambiente en donde conocer a otra chica y terminar con la soledad que le tenía sumida en una depresión. Esto hizo que Sydney recurriera a Tinder, en donde conoció a alguien. Lo que no sabía es que también conocería a sus asesinos.

Suzanne Capper era una adolescente de 16 años que ansiaba una familia, amigos, sentirse querida y tener una vida familiar normal. En vez de eso, encontró a las personas más retorcidas y con menos escrúpulos del Reino Unido. Fueron quienes cometieron el crimen que, aún hoy, se recuerda como uno de los más crueles en la historia del país.

Midsi Sánchez iba camino a casa en donde le esperaba la fiesta por su 8º cumpleaños, pero nunca llegó. Dos días después, un camionero llama a la policía diciendo que una niña se ha metido en su camión pidiendo ayuda. Por desgracia, como se descubriría más tarde, Midsi no era la primera víctima de su secuestrador, pero sí sería la última.

Marina Sabatier es la prueba de que no todo pasa por algo. Tuvo una vida corta, injusta, llena de maltrato y carencias. Una vida que terminó tan trágicamente como empezó, y todo a manos de quienes la deberían proteger, sus padres.

Azra Kemal tenía todo lo que quería a sus 24 años: licenciada en económicas, a punto de empezar derecho y trabajando como editora para un canal de noticias. Su fuerte sentido de la justicia le había llevado a darle voz a los más desafortunados hasta que un accidente de coche terminó con su vida. Sin embargo, la muerte no supuso el final del sufrimiento de Azra o de su familia.

Flor Di Marco era una niña tímida e introvertida que pasaba horas en el teléfono chateando con compañeros de clase y jugando en Facebook; Por eso cuando desapareció se sospechó que pudiera haberse escapado con alguien que conoció online. Pronto la encontrarían y descubrirían que la historia era bien diferente.

Ashley Wallace aún no había superado la muerte de su padre cuando tuvieron que enterrar también a su padrastro, perdió ambos referentes paternos de su vida. No sería lo peor que pasaría porque, con tan solo 19 años, despertaría en el hospital rodeada de policía por haber confesado el asesinato de ambos.

Pocas veces podemos ver a la sociedad, la ley y los medios ponerse de acuerdo y actuar en consecuencia en referencia a un crimen. Anita Cobby tuvo que ser la víctima que consiguiera unificar a la sociedad y las leyes, obteniendo la justicia que merecía.

Annie Le era una joven doctoranda de Yale trabajando en el desarrollo de células para la cura de la diabetes y el cáncer. Seis días antes de su boda con el amor de su vida, Annie es capturada por las cámaras de seguridad entrando a su laboratorio, del que no volvió a salir nunca.

Johnny Altinger desapareció tras acudir a una cita con una bella mujer con la que llevaba unos días chateando online. Johnny no encontró a Jennifer en el sitio acordado, pero sí encontró la muerte.

La historia de Debanhi Escobar podría llevar el nombre de miles de mujeres. Mujeres que salen una noche a disfrutar pero que nunca vuelven a sus casas, a sus familias. No solo en México, sino en todo el mundo.

Latrese Curtis fue encontrada apuñalada hasta la muerte en una cuneta. Los sospechosos principales eran su marido, su amante y/o la novia de su amante. Fue el ADN lo que consiguió poner cara y nombre a alguien que nadie se hubiera imaginado.

Ashling Murphy era la joven irlandesa perfecta. Orgullosa y apasionada de su herencia, transmitía su cultura y folklore a través de la música, el deporte y sus clases como profesora de primaria. En enero de 2022 ese miedo irracional esperando algo malo cuando todo va genial, se volvió real. El dolor y enfado por el crimen de Ashling fue descrito en Irlanda como “todo el país llora lágrimas verdes por su hija.”

Natascha Kampusch ha tenido a la vida en su contra desde el momento en que nació. Criada en una familia disfuncional y llena de violencia, fue secuestrada a los 10 años por un pederasta quien la mantuvo oculta en un zulo, en donde abusó de ella a su antojo, durante 8 años hasta que Natascha consiguió escapar. Una vez libre y con la verdad conocida, tuvo que seguir aguantando envites de la prensa, políticos y policía, así como de la propia sociedad, todo por no aparentar tan traumada como el público esperaba.

Alicia Cárdenas tuvo que luchar toda su vida. Luchó como mujer, luchó como indígena y luchó por hacerse un hueco en el machista mundo del tatuaje en su ciudad, Denver. Sería, precisamente, en su propio negocio de tatuajes en donde encontraría la muerte a manos de un hombre machista y envidioso.

Mary Bell es el nexo entre el maltrato extremo a un niño, la falta de acción por parte de las instituciones que deberían protegerla, y el asesinato. Una niña de 11 años que había sufrido lo indecible y que decidió recrear lo vivido en sus propias carnes con otros niños del barrio, convirtiéndose en la asesina más joven de Reino Unido hasta la fecha.

Jenna Baldwin tenía 15 años cuando desapareció. En un principio se creyó que se había escapado, ya que seguía comunicándose por mensajes de texto con su madre. Hasta que la desesperación de su madre le llevó a tenderle una trampa, y entonces supo que la persona que escribía no era su hija.

A Jane Wilson le llevó dos matrimonios encontrar al hombre de sus sueños. Trabajador, amante de los animales, atractivo y 13 años más joven, Jane encontró en Robert Wilson al hombre de sus sueños. Juntos lucharon por sus sueños y su futuro cuando Rob fue diagnosticado con cáncer de pulmón, pero unos meses después un extraño accidente en la granja desenmascararía la cadena de mentiras que eran sus vidas.

Christine Schultz fue asesinada en su casa de noche y por la espalda. Sus hijos, de 11 y 7 años, fueron testigos del brutal ataque. La persona condenada por el crimen protagonizó una de las fugas de prisión más largas en la historia de Estados Unidos, y, 42 años después del asesinato, puede que el verdadero culpable todavía no haya pagado por el crimen.

Era la primera vez que Samantha Madgin salía con sus amigos desde el nacimiento de su bebé 68 días antes. Lo que empezó como un día de playa, amigos y risas terminó en sangre y muerte. La familia de Samantha tuvo que superar el dolor de su pérdida demasiado rápido pues no sería ni la primera ni la última muerte en la familia, en especial en la corta vida del pequeño Callum, que tendrían que superar.