Criminal Case (Podcast)

El 14 de junio de 1981 no fue un domingo cualquiera del verano del 81. Era 14 de junio y Amparo Cuevas no sabía que a partir de ese momento su vida iba a dar un giro de 180 grados. Los hechos sucedieron en Prado Nuevo, en la localidad madrileña de El Escorial. Amparo, frente a una fuente y rodeada de fresnos vio a alguien, afirmó tener una visión, una aparición mariana: era la Virgen de los Dolores. Esta vez se dirigió directamente a ella para trasladarle un mensaje: “Quiero que se construya en este lugar una capilla, que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la pasión de mi hijo. Si hacen lo que yo digo, el agua de esta fuente curará”. Para Amparo las palabras de aquella figura celestial fueron claras. Esta es la historia de 'LOS VIRGINIANOS'.

Sin buscarlo Amparo Cuevas creó una legión de fervientes seguidores con sus visiones de la Virgen. Este fue el comienzo del movimiento pero no de los sucesos paranormales que tuvo la supuesta vidente. Retrocedemos un año atrás, hacia 1980, fue ahí cuando Amparo comenzó a revelar acontecimientos sobrenaturales. Esta es la historia de 'LOS VIRGINIANOS'.

La ola de seguidores que se formó a alrededor de Amparo Cuevas llamó la atención de muchos y puso a la supuesta vidente en el punto de mira. Los críticos al movimiento decidieron obligarla a negar las apariciones de la Virgen. Lo hicieron con violencia, Amparo Cuevas estuvo a punto de ser asesinada. Los hechos sucedieron una mañana de mayo de 1983, dos años después de las apariciones de Prado Nuevo.

Amparo Cuevas y Miguel Martinez lograron solucionar todos los problemas con la Iglesia. Las supuestas donaciones al clero para las obras de la Catedral de la Almudena funcionaron. A partir de entonces Amparo decidió desaparecer del orden público, los rumores sobre una posible enfermedad fueron en aumento.

¿Cómo gestionó Amparo Cuevas las visiones y las apariciones de la Virgen? ¿Era verdad que la veía o se trataba de un engaño? ¿Estaba Amparo Cuevas sana mental y psicológicamente? Son las preguntas que se hicieron en su momento detractores y ateos del pueblo de El Escorial. Cómo una asistenta que apenas sabía leer y escribir embaucó a cientos de seguidores para rezar en Prado Nuevo.