La Audiencia Provincial Madrid confirmó ayer el procesamiento del Partido Popular por destruir los ordenadores de Bárcenas. Que un partido político vaya a tener que sentarse en el banquillo por una acusación penal, algo que nunca había ocurrido en nuestra historia democrática, es noticia tan sobresaliente que debería marcar un hito. Un antes y un después, para reflexionar y tomar decisiones, para poder dejar atrás un largo tiempo de vergüenza en el que nos hemos degradado viviendo en un barrizal, comparando mugres, y creyéndonos los limpios si otros estaban más sucios. A fin de iniciar un tiempo distinto, en el nivel mínimo exigido por nuestra digndidad. Pero no ocurrirá.