My Lovely Neighbors
Yo también quiero ser un loro (1x10)
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Laura pretende enojar a su padre haciéndole creer que Rafa sale con ella. El chico, que tiene alguna esperanza de que la farsa se convierta en realidad, le sigue la corriente a pesar de que ella le deja plantado en todas las ocasiones para irse con su pandilla en el momento en que su padre deja de observarles. Ernesto no puede soportar la idea de llegar a emparentar algún día con los Sánchez. Mariano, por su parte, también se opone con el mismo empeño a que Rafa salga con la hija del estirado de su vecino.
Las distinguidas damas pertenecientes al club social quieren organiza un acto benéfico para conseguir dinero con el que financiar una biblioteca en Burundi. Loli propone una degustación culinaria que el resto cepta con reparos pues no les gusta nada el estilo de la nueva socia. Loli pone mucho interés en la organización del evento, incluso trata de que Elena Markovitz, una notable empresaria acuda a la desgustación. Sin embargo, todas las loros remilgadas del club la desprecian.
Los niños encuentran a un kinkayú, una rara especie mezcla entre mono y nutria propia de America del Sur que ha escapado de sus cuidadores. Todos se asustan menos Pepe que se lleva al animal a casa como mascota. Una vez en casa, el kinkayú organiza un buen lío asustando a Ernesto y a todas las finas señoras del club social. Sólo Ivana, que es bióloga sabe que se trata de un animal inofensivo. Aunque Pepe se encariña con él, le kinkayú no se podrá quedar en casa.