Aida
La casavecina (9x23)
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Mauricio está ayudando a su madre, Doña Eulalia, con las inscripciones del equipo de atletismo de la Tercera Edad que ella entrena. En su juventud fue una gran atleta, por lo que ahora pretende que su equipo sea el mejor. Sin embargo, el médico le ha recomendado que evite las emociones fuertes y el estrés si no quiere sufrir un ataque al corazón. Por ello, Mauricio y Tony deciden ayudar a su madre para que su equipo gane la Copa de la Tercera Edad antes de que le llegue la hora. Parece que después de la tormenta llega la calma y Chema y Marisa han aprendido a convivir de manera civilizada. Tanto es así, que el tendero comienza a obsesionarse con ella. Mauricio le aconseja que la trate como una amiga más, por lo que Chema la invita a que les acompañe a Soraya y a él al cine. Sin embargo, en un instante en el que se quedan solos, Marisa aprovecha para confesarle a Chema lo que realmente siente por él. Por otro lado, Luisma y Jonathan se burlan de Fidel tras descubrir que tiene un neceser con cosméticos. Para mofarse del joven, deciden pintarse con el maquillaje, aunque ambos huyen sin que Fidel pueda explicarles que realmente se trata de unos tratamientos experimentales. Por último, Luisma y Barajas deciden utilizar las llaves que éste tiene de una de las viviendas del bloque para rescatar un maletín que ha quedado bloqueado en la cornisa del edificio. La casa en la que entran resulta ser un oasis con todo tipo de lujos y comodidades de los que los amigos no dudan en disfrutar.