La profe Theresa, para enseñar nociones de economía, implanta en el colegio su propia moneda de pago: el skauro. Nuestros amigos vivirán en primera persona las experiencias más extremas de la economía de mercado.

Noa, que acaba de ver la película "E.T.", cree haber encontrado a su propio extraterrestre cuando se topa en el patio del colegio con un chico perdido que habla un extraño idioma.

Noa, como capitana de un equipo de bikers debe decidir si Charlie entra en su equipo o no. Raquel, capitana del equipo rival, buscará indisponer a los dos amigos para ganar la prueba. Pero el sentido de la amistad de Noa pondrá las cosas en su sitio.

Por experimentar, Noa se coloca un pequeño bigote y sus amigos le confunden con un chico. Noa les sigue la corriente y descubre que las cosas pueden ser muy distintas dependiendo de si eres un chico o una chica.

Noa, persuadida por el espíritu de Sherlock Holmes, al que acaba de leer, cree ver un caso de investigación en la ausencia a clases de Minerva.

Charlie crea por error una poción que otorgará a Noa los poderes y características de un perro, incluida una peluda cola. Charlie deberá crear un antídoto antes de que la perruna Noa ponga todo el colegio patas arriba.

Raquel propone a Joel que cuelgue sus vídeos de patinete en su blog, pero son acciones que acaban siempre en caídas para subir el número de visualizaciones. Noa se da cuenta de que lo único que el público quiere es ver caer a Joel.

Noa ha comprado en un mercadillo un misterioso artilugio que resulta ser un dispersador de núcleos, un aparato que hará que los viajes en el tiempo sean posibles.

Noa está preparando a los chicos para una exhibición de skate, pero un juego de móvil muy adictivo los tiene a todos súper enganchados.

Theresa está agobiada porque va a recibir la visita de su amiga Helen, cuya única intención es refregarle por la cara que se ha casado y que tiene una familia extraordinaria. Noa se entera y decide formar una familia para Theresa.

Noa está muy contenta porque va a ir a su primera fiesta del colegio: una fiesta anual en honor de la familia de Raquel. Los preparativos, la ropa, las parejas y el sin fin de protocolos para la fiesta harán que Noa se revele.

Raquel, con una de sus jugarretas, parece conseguir que expulsen a Noa del colegio. Los fantasmas del pasado, del presente y del futuro se le presentarán para mostrarle las consecuencias de sus actos.

El colegio se ha dividido en dos bandos irreconciliables por el campeonato de "Atrapa la bandera". La desunión es cada vez mayor, pero el espíritu de equipo resurgirá cuando una misteriosa pareja de supervillanos amenace con ganar el campeonato.

Noa se da un golpe en la cabeza y pierde la memoria. Raquel aprovecha para ganarse su amistad, separarla de sus amigos y hacerla parte de su equipo para ganar una competición. Lo malo es que a Noa se le ha olvidado también cómo hacer skate.

Un droide creado por Charlie inicia una rebelión de las máquinas con la intención de suplantar a todos los alumnos por droides. Noa, con la ayuda de Ruby y de su mini-robot Pingüi, le plantará cara.

Una inspección educativa convierte, a base de disciplina, el colegio ESKA, en algo parecido a una cárcel. Pronto, Noa, Charlie y compañía empiezan a confeccionar un disparatado plan de fuga.

Se convocan elecciones para delegado de los alumnos y Noa convence a Charlie para que se presente contra Raquel. Noa forma un equipo de campaña imbatible, que hunde las expectativas de Charlie de ser elegido delegado.

Noa ha quedado con Charlie para invitarle a un batido. La noticia se hace viral y todos lo toman como una cita romántica. La bola se hace tan grande que la cita incluso se retransmitirá por televisión.

Noa y Charlie idean una actividad para recoger fondos contra el calentamiento global que se hace viral internacionalmente. Raquel, muerta de envidia, tiende una trampa a Noa para desacreditarla ante todo el mundo.