Descubrimos la relación interna de Alaska con su yo. Siempre defensora de transformar su cuerpo para construir también su interior, exploramos cómo ha sido el viaje desde muy niña para alcanzar una metamorfosis física y espiritual. Un recorrido donde encontraremos muchas paradas: sus operaciones estéticas, su definición sexual, el culturismo como religión, la lucha contra el peso, su experiencia con las drogas, así como sus referentes estéticos y fetichismos.

Alaska percibe el dinero como un símbolo de libertad, libertad para poder hacer lo que quiera. Y la fama es solo una forma de conseguirlo. El recorrido de este episodio nos lleva desde una infancia acomodada y tecnicolor mexicana, al underground cultural de la España de los 70, el punk y el rastro madrileño. Sus inicios en ‘Kaka de Luxe’, su aparición en ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’, ‘Alaska y los Pegamoides’, estrella indiscutible en los 80 con ‘Alaska y Dinamara’ y renacida como un ave fénix con ‘Fangoria’. Recorremos su amplísima vida profesional llena de puntos álgidos de fama y dinero, seguidos de ruinas económicas absolutas. Una vida de excesos conjugada con una rutina férrea y gustos cotidianos que rozan la vida monacal. Frivolidad y austeridad conviven en ella y esta contradicción es una de sus armas de supervivencia.

Alaska establece unas relaciones casi simbióticas, especialmente con los hombres. Relaciones transversales que ocupan todos los aspectos de su vida. La figura de su padre, con el que pasa años sin tener contacto. Pito Cubillas, quien fue su mánager y con quien mantiene una relación larga pero intermitente y tormentosa, llevándole a la ruina económica. Su gran amigo Nacho Canut, con quien comparte vida profesional desde hace más de 40 años. Y Mario Vaquerizo, con el que se casa en 1999 y es el gran amor de su vida. Alaska siempre ha buscado que la cuidasen y ha dado todo de sí misma para paliar esa vulnerabilidad, siempre presente en su inconsciente.