Pacific

Este viaje comienza en Tokio donde la convivencia de culturas milenarias con una moda futurista hace que parezca una ciudad abarrotada de solitarios. El viaje continúa por Hiroshima, la ruta sagrada de Kumano Kodo y la ciudad de Koyasan, con 120 templos budistas. Aquí la religión es flexible, como el viento entre el bambú. La aventura sigue descendiendo en bicicleta el monte Norikura, antes de dar el salto a la isla de Hokkaido, donde el equipo tiene su primer encuentro con la comunidad de los ainus. Vistamos Furano, la ciudad de las flores y entrevistamos a Keniche, un hombre que vive anclado en las tradiciones ancestrales de los ainus. Ascendemos un volcán activo, considerado una deidad para los nativos, y a orillas del lago Akan localizamos a uno de los últimos ainus puros del país: el maestro artesano Fujito, que nos contará por qué la cultura viva más antigua de Japón está a punto de extinguirse.

La muralla china abre el capítulo de China, todo un símbolo desde el que nos acercamos a Beijing, para recorrer sus puntos emblemáticos en bicicleta. Daniel, además, se animará a probar delicias gastronómicas como grillos fritos o escorpiones. Visitaremos la magia del Templo Colgado en Datong o los imponentes budas en las cuevas de Yungang. Tras retratar a los famosos guerreros de terracota, en Xian, la expedición cruza el denominado “camino más peligroso del mundo” en la montaña sagrada de Hua Shan. En Shanghai, recorrerán el mercado del pescado y pasearán, en un contraste radical, por los barrios de la ciudad. Desde allí buscamos poblaciones más apartadas, como la de Hong Cun, que tiene el encanto de sus plazas de agua. Las montañas Zhangjiajie revelan el lugar que inspiró los paisajes de la película “Avatar”. En la región de Yunnan todo cambia: el paisaje se vuelve espectacular con sus terrazas de arroz. Más al norte, los pueblos de esta región del mundo viven aislados, dejan de ser China. La atmósfera budista lo impregna todo y recorremos caminos remotos para acercarnos a un templo de monjes lamas, en las montañas.

En Vietnam el equipo inicia un viaje que les llevará a los valles del norte. Cruzarán la frontera para recorrer los paisajes de Laos y durante días se adentraran en la selva durante tres días de lluvia y barro en busca de los akhas, una etnia tan hospitalaria como supersticiosa. Después visitan Luang Prabang, la ciudad eterna del budismo y Phonsavan, que tiene el récord de haber sido la localidad más bombardeada de la historia. De vuelta a Vietnam, conocerán la noche encendida de la hermosa ciudad de Hoi An. Desde allí, comienza una ruta por el altiplano. Junto al lago Lak, montarán en elefante y comprobarán cómo animales y hombres conviven en las aldeas. La ciudad de Ho Chi Minh se dibuja un Vietnam muy diferente al del norte. También visitan los templos de una religión singular: el Caodaísmo.

El equipo comienza esta etapa en Angkor, la ciudad sagrada de los jemeres, en Camboya. En Tailandia visitarán Bangkok donde conocerán mercados insólitos y templos sombríos. Al norte de Tailandia descubrirán la situación del pueblo karen exiliado de Birmania. Allí visitarán los poblados tradicionales, los campos de refugiados y las comunidades de las mujeres-jirafa. Los habitantes del “Templo de los tigres” también viven encerrados y Daniel se meterá en una jaula rodeado de media docena de tigres adultos, custodiados por los monjes budistas. Al sur de Tailandia descubren un país diferente, el de las playas, los cocoteros y los paseos a caballo en la isla de Ko Samui, pero hay otra isla misteriosa donde nadie ha sabido explicar por qué los perros no pueden sobrevivir allí.

Es hora de dar el salto a Indonesia, el equipo está decidido a adentrarse en el lado salvaje y cruzarán las selvas de Sumatra antes de viajar a Borneo. En aldeas remotas bucearán entre tortugas y medusas, y remontaran ríos para descubrir las tradiciones indígenas. Exploran uno de los últimos reductos de selva virgen, el Gunung Mulu, y visitarán un santuario lleno de esqueletos de la tribu de los Tring, en mitad de la selva, escondido para evitar su saqueo. La situación de los indígenas es dramática debido a la explotación descontrolada del aceite de palma, que amenaza con extinguir a comunidades como la de los Penan. Acompañamos a esta tribu al interior de la selva y comprobamos de primera mano, cómo son capaces de convertir el laberinto de árboles en su hogar.

La aventura sigue en la Isla de Mataking visitando las casas flotantes de los Bajau, los "gitanos del mar"; el mercado de Manila y las terrazas de arroz esculpidas por al norte de Filipinas. En la localidad de Kabayán, además, Daniel destapará sarcófagos con momias milenarias. Pero sólo se lo permiten tras aceptar un ritual en el que un chamán sacrifica varios cerdos. Expedición bajo las aguas de Filipinas Haremos una parada en la bucólica isla de Bohol, con un pasado marcado por los terremotos, pero donde ha sobrevivido una de las especies de monos más pequeñas del mundo: el tarsero. Viajamos a Sulawesi, donde la cultura de la muerte continúa. Nos invitan a un funeral multitudinario que llevan a cabo los Tana Toraja, una etnia que vive para la muerte. Veremos las peleas de búfalos en una fiesta donde sacrifican más de 70 de estos animales. En las islas Togian volveremos a reencontrarnos con los arrecifes, con las playas desiertas y de nuevo, con la tribu de los Bajau, que se extiende por todo el Triángulo de Coral.

Tras la larga travesía por el Mar de Banda, la expedición llega al archipiélago de Raja Ampat, el destino soñado por los buceadores, y la puerta a las dos Papúas, donde buscarán y conocerán la cultura y los ritos de las tribus más primitivas. Tras dos días de canoa, llegan a un poblado de los Asmat, una comunidad que muestra sus danzas y su destreza a bordo de las canoas sobre un atardecer en el río Siret. Remontando el río, alcanzan una de las tribus más primitivas del mundo: los korowai. Atravesando a pie la frontera con Papúa Nueva Guinea, y cruzan así a un nuevo continente: Oceanía. El objetivo es navegar las aguas del río Sepik. En sus orillas viven algunas de las comunidades más impactantes del país: la tribu de los Iatmul. Allí, un hechicero cura las heridas que sufre Daniel tras las travesías de selva. En el extremo oriental del país, las tribus viven en fiordos tropicales. Las mujeres llevan tatuadas la cara y los hombres pescan langostas con arpones.

Sidney es el punto de partida para recorrer el país. La expedición alquila una furgoneta para viajar, en pleno verano austral, aunque muy pronto Daniel tendrá que ser hospitalizado por malaria. Ya recuperado, el equipo cruza el desierto para acercarse al parque nacional de Kakadu, donde las rocas muestras el arte rupestre en la que es considerada la tradición viva más antigua del mundo, la de los aborígenes australianos. Tras acercarse a un río cuajado de cocodrilos de agua salada, de hasta seis metros, David y su equipo se desvían mil kilómetros en busca de los aborígenes del desierto. Canguros, paisajes lunares, atardeceres rojos, salares infinitos..., hasta Coober Pedy, un pueblo que vive para el ópalo. Visitamos las minas con uno de los lugareños. Tras pasar por impresionante costa de los 12 Apóstoles, llegamos a Philippe Island. Allí cada tarde llegan cientos de pingüinos, pero tampoco queda ya ni rastro de los aborígenes.

En este capítulo el equipo se va a dar un capricho y se perderán por las playas de Fiji. En la isla de Espíritu Santo, en Vanuatu, viajamos hasta un pueblo donde un hechicero asegura que es capaz de desviar el rumbo de los ciclones. Cerca de allí, en un río de aguas cristalinas, varias mujeres les regalan la danza del agua donde usan las manos y el agua como percusión. Bucean en la bahía del millón de dólares, un cementerio de vehículos de la Segunda Guerra Mundial. Bajo el agua hay un bosque de jeeps, tanques y corales. Descendemos 30 metros para acceder al interior del President Coolidge, un barco derribado. Después, vuelan a la isla de Tanna, en Vanuatu, donde junto a las secuelas de un ciclón devastador, encuentran tribus aguerridas, que construyen sus casas en árboles colosales. Además, nos asomamos a la puerta del infierno: el cráter del volcán Yasur. En la isla de Pentecostés el equipo es testigo de uno de los ritos de iniciación más peligrosos del mundo: el Nagol. Desde 15 metros de altura, los hombres saltan al vacío atando sus pies sólo con lianas. La capital de Samoa es un lugar animado, con iglesias de colores y mercados llenos de gente, pero Daniel tendrá que visitar el hospital de nuevo, por una extraña picadura que le ha hinchado el pie.

La experiencia por el Pacífico se está acabando y para despedirse han trazado una ruta muy especial: seguir el rastro de los maoríes. Desde Islas Cook y sus playas, viajarán a uno de los países más fascinantes: Nueva Zelanda. En Wellington empieza la ruta por Nueva Zelanda. Pasearán por una ciudad agradable y un museo muy peculiar formado con piezas de construcción recicladas. En una furgoneta del 73 recorren los paisaje de la isla sur, hasta Glenorchy donde iniciamos una caminata entre valles nevados. Pero es en Mildford Sound donde el paisaje se vuelve loco. Navegamos entre los fiordos. Nos rodean paredes verticales, cascadas y el vuelo de los albatros. En la isla norte visitarán un lugar extraterrestre, las lagunas termales de Wai O Tapu y muy cerca de allí, descubren peculiar una aldea maorí. El viaje sigue hacia el norte, parando en pueblos maorís, atravesando bosques de cuento hasta llegar a Cape Reinga, donde según los maorís, los muertos empiezan su camino.